Hará un par de semanas, después de lo que parecían meses hibernando debido al tiempo tan «peculiar» del que disfrutamos aquí en el Norte, mi pequeña familia y yo decidimos aventurarnos a dar un pequeño paseo por la playa durante una tarde de domingo en la que el tiempo parecía habernos dado una pequeña tregua.
¡Pero qué ilusos!
El chaparrón tropical nos pilló a una distancia considerable del coche así que no nos quedó más remedio que meternos en uno de los pocos bares-cafeterías-restaurantes que quedan abiertos en esta época del año en Hendaye, la ciudad del Pais Vasco francés en la que vivímos.
La verdad es que el garito ya lo conocía y había compartido con una amiga unos gofres caseros buenísimos hacia unos meses, así que el chaparrón fue la excusa perfecta. Esta vez, de la carta kilométrica, nos decidimos por unos crepes con una salsa casera de caramelo a la sal (caramel au beurre salé) que aun no he conseguido olvidar. Así que después de dos semanas recordando y todavia saboreando esa merienda, era inevitable compartir con vosotros esta receta.
Se me ocurren muy pocas recetas de repostería que no puedan beneficiarse de un chorrito de esta salsa, así que creo que tiene bien merecido un post para ella solita. Sobre un helado de vainilla, unas tortitas, el frosting de unos cupcakes, una tarta de manzana, unos brownies…, la lista sigue y sigue. Quién encuentre una receta a la que no le vaya, que levante la mano…
Espero que no os asuste la idea de mezclar la sal y el caramelo. La sal no hace más que potenciar el sabor del caramelo. A mí me gusta tal cual pero si realmente os parece que añadirle la sal es aventurarse demasiado, siempre podéis prescindir de ella y quedaros con una sencilla salsa de caramelo, casi tan buena… También le podéis añadir unas gotas de esencia de vainilla, de almendra, un poco de canela, u otra especia al gusto.
Vamos con la receta.
TIEMPO DE PREPARACIÓN
15 minutos
INGREDIENTES para 2 tarros de unos 400 gr gramos cada uno ( si no necesitáis tanto, podéis usar cantidades más pequeñas)
- 400gr de azúcar blanco
- 190 gr de mantequilla cortada y a temperatura ambiente (si usáis mantequilla salada, no es necesario añadir sal)
- 250ml de nata liquida entera
- una cucharada de sal tipo Maldon
ELABORACIÓN
Fundir el azúcar a fuego medio-alto en una cazuela, dándole vueltas con una varilla hasta obtener una mezcla líquida, homogénea y de color ámbar.
Incorporar la mantequilla poco a poco con cuidado de no quemaros. El azúcar habrá alcanzado una temperatura muy alta y al contacto con la mantequilla, saltará un poco. Mezclar la mantequilla y el azúcar hasta conseguir una mezcla homogénea.
Ya con el fuego apagado, ir añadiendo la nata líquida poco a poco. Remover bien.
Por ultimo, añadir la sal y mezclar.
Ahora, a disfrutar.
Esta salsa, se conserva bien en el frigorífico durante dos semanas. Para utilizarla, servir la cantidad que necesitéis en un bol y calentar unos segundos en el microondas.
Fuente: un versión de la receta del archiconocido blog «Two Peas and Their Pod«
Qué buena pinta Maite!! No la he probado pero seguro que ese punto de sal potencia el sabor! No se si ocurrirá lo mismo pero probé un chocolate al punto de sal que se ha convertido en mi preferido!! Gracias por la receta y feliz fin de semana! Carmen
Me encanta, yo la preparo parecida muy de vez en cuando por no engordar… porque soy capaz de comérmela a cucharadas jajaja Una vez hice unas tartaletas rellenas con esta salsa de caramelo y cubiertas de chocolate que estaban de muerte, y que llevo tiempo queriendo repetirlas pero siempre lo voy dejando…
Besos 🙂
Y tanto que a cucharadas, maja. Llevo toda la semana de madre soltera y mediodepre, comiendome la dichosa salsa. A este paso, mi marido no llega a probarla, jaja. besos
Siempre me ha resultado irresistible esta salsa y ahora ya tengo la receta!
No puedo dejar de pensar en todas esas sugerencias sobre las que usarla… 😉
Gracias, Maite!
Y se me olvidaron las cookies rellenas de caramelo, buff, que acabo de imaginar… Que peligro.
Besos
Maite
Qué delicia! Tengo que probarlo!
Pruebala Laura, yo que no soy muy de cosas empalagosas… no puedo parar de comerla. Tenía que haber hecho menos…jajaja
besos
Maite
Me encanta, esta receta tengo que probarla seguro!!!!
Ya veras que rica y que peligro tiene… Besos